Fueron más de 4,6 millones las atenciones de salud y rehabilitación que realizamos durante 2021; es decir, más de 85 mil prestaciones médicas a la semana. Asimismo, pagamos cerca de 80 mil millones de pesos a casi 330 mil personas por concepto de pensiones, indemnizaciones y licencias médicas por subsidios por incapacidad laboral temporal. Son cifras que hablan del creciente volumen de nuestra labor, a través de nuestra red de clínicas, centros de atención ambulatoria y policlínicos que llegan a diversos rincones de nuestro país.
El año 2021 tuvo particularidades especiales que nos pusieron a prueba. Primero, la continuidad de la pandemia involucró que siguiéramos atendiendo a pacientes que están fuera de nuestra tipología tradicional de atención y también hacernos cargo de mayores consultas en el área de salud mental, a lo cual se sumó un aumento exponencial de la demanda de intervenciones quirúrgicas cubiertas por el seguro que habían sido pospuestas por la crisis sanitaria del COVID-19. En este contexto tuvimos la oportunidad de ayudar a descomprimir el aumento de las listas de espera que generó la pandemia en el sistema público al adjudicarnos el 58 % de las licitaciones que convocó el Ministerio de Salud para realizar intervenciones quirúrgicas para patologías no consideradas entre las Garantías Explícitas de Salud (GES).
Bajo el sistema chileno de seguridad y salud laboral, nuestra actividad se caracteriza por ser:
Cada empleador paga un porcentaje del sueldo imponible del trabajador, lo que permite otorgar los mismos beneficios a cada afiliado, sin importar el tamaño de la empresa.
Una gestión preventiva, de salud y financiera eficiente se traduce en una baja en la prima de los afiliados en el largo plazo.
No discrimina en la atención por edad, sexo o nivel de ingresos y premia con menores primas a la entidades empleadoras con mejores índices de siniestralidad.