Si al despertar sientes dolor de cabeza o te pesan los músculos de la cara, puede que se deba al bruxismo. Te invitamos a descubrir las causas, síntomas y tratamientos disponibles para este síndrome en la siguiente nota.
Se conoce como bruxismo al hábito inconsciente de apretar y hacer rechinar los dientes, ya sea de día o de noche, causando daños en nuestra dentadura y afectando nuestra calidad de vida. Se estima que cerca del 20% de la población presenta este trastorno, tanto en hombres como mujeres de todas las edades, desde niños a personas adultas.
Las causas por las que se manifiesta el bruxismo son variadas, pueden combinar factores como la estructura de nuestra dentadura con cuadros de estrés o ansiedad y deben ser estudiadas por un especialista (maxilofacial) para escoger el tratamiento adecuado para los síntomas que se presentan.
Entre los síntomas más comunes del bruxismo podemos encontrar:
Algunos de estos signos, como los dolores de cabeza y cuello, se suelen asociar a otras patologías, lo que puede dificultar el diagnóstico del bruxismo.
Uno de los principales factores asociados al bruxismo es el estrés, ya sea por situaciones personales o por la alta exigencia laboral. Sin embargo, este hábito también se relaciona con la presencia de trastornos respiratorios del sueño, consumo de alcohol y tabaco e incluso a otras patologías como el reflujo gastroesofágico.
Gracias a esta amplia gama de factores, las causas y el tratamiento del bruxismo dependerán de cada caso. Por lo que es necesario acudir a un especialista, quien elaborará el tratamiento adecuado para este problema.
Podemos encontrar dos tipos de tratamiento, de acuerdo a si el acto de apretar los dientes se da durante el día o si se da mientras se duerme.
- Bruxismo diurno: es el que se presenta durante el día, especialmente en situaciones tensas o de mucha concentración. En estos casos se busca erradicar el acto de apretar los dientes, haciendo que el paciente tenga conciencia de cómo su cuerpo reacciona bajo presiones externas.
- Bruxismo nocturno: en estos casos se suele utilizar un plano de relajación, con el fin de evitar que los dientes se desgasten. Esta placa debe ser siempre a medida y recetada por un especialista y no elimina el hábito de apretar o bruxar.
Independiente del horario en que se presente este problema, lo importante es identificar los elementos que nos llevan a tensar y apretar nuestros dientes, ya sea por estrés o por razones físicas. Por eso es recomendable la compañía de un equipo multidisciplinario que permita reconocer cada una de las señales que presenta nuestro organismo frente a esta condición.