Señor director:La aprobación de la nueva modificación a la ley del tabaco constituye un avance en el empedrado camino que como país hemos recorrido para intentar reducir el consumo de tabaco en nuestra población. La mayor novedad de este cuerpo legal es que pone el foco en la protección de la salud de los no fumadores, que son quienes sufren el daño del humo del tabaco.
Sin embargo, para que la normativa cobre real sentido, debe estar acompañada de políticas públicas fuertes, permanentes e integrales, que apunten a la prevención y a la educación de la comunidad desde la enseñanza prebásica. La nueva ley establece que exista un plan nacional al respecto, que fortalezca las débiles iniciativas actuales, que nos hacen seguir liderando el ranking de país con mayor prevalencia de fumadores adultos y adolescentes en la región de las Américas.
En el mundo del trabajo, el último estudio sobre este tema, realizado en 2010 por la Asociación Chilena de Seguridad entre sus empresas afiliadas, revela el alto consumo entre los trabajadores, el que alcanza al 48% y en algunos rubros supera el 52%, mientras que el promedio en la población general es del 40,6%.
Hacemos un llamado a las altas gerencias a asumir el compromiso de implementar medidas para proteger la salud de sus trabajadores, bajo el entendido de que hacerlo no es sólo una responsabilidad social ineludible, sino una inversión que redundará en menor ausentismo por licencias médicas, mejor calidad de vida, mejoramiento del clima laboral y, en suma, mayor productividad y desarrollo para el país.
Dr. Jaime Piña R.
Subgerente de Salud Preventiva
Asociación Chilena de Seguridad