Representantes claves de clientes ACHS que están implementando la metodológica BAPP en sus empresas, asistieron al “Primer Taller de Aptitudes para el Facilitador” desde el 22 al 26 de septiembre en el Complejo Deportivo de la organización.
“El taller tiene como objetivo entregar herramientas para el facilitador (rol clave dentro de este proceso) para fortalecer sus respectivas implementaciones y para que el proceso sea sustentable en el tiempo” explicó el consultor senior de BST, Alan Grant.
BAPP (Behavioral Accident Prevention Process), tal como indica su traducción en español, es un proceso de prevención de accidentes basado en el comportamiento. Se trata de una metodología que ACHS, en alianza con Behavioural Sciencie Technologie (BST), implementa en empresas que se han planteado un desafío aún mayor en prevención para desarrollar y fortalecer su cultura de seguridad.
Para hacerlo, cada empresa constituye un comité dirigente formado por trabajadores de la empresa liderado por un facilitador, también trabajador. Además de ellos, el proceso cuenta con un sponsor o gerente patrocinador y un consultor en seguridad estratégica que ayudan al equipo a movilizar la cultura hacia un desempeño seguro. Es por eso que, de acuerdo al plan de trabajo, en esta oportunidad se realizó la primera actividad conjunta para facilitadores de los distintos procesos.
BAPP es una tecnología que permite incrementar comportamientos seguros y reducir los riesgosos y así lo han entendido quienes lideran la implementación en cada una de estas empresas y poco a poco lo empiezan a interiorizar los colaboradores de cada una de ellas.
Algunas de nuestras empresas afiliadas que han emprendido este desafío nos cuentan su experiencia:
· Ángel Segovia Morales, facilitador (ex operario durante 7 años) de Fiordo Austral nos cuenta: “estamos funcionando hace 7 meses como Comité Implementador y nos ha costado -como a todos- porque el cambio conductual en las personas es muy difícil y muy lento. Nosotros queremos partir por auto valorarnos porque así creemos que podemos cambiar la conducta”. Además, destaca que “este proceso de educar se hace a partir de los trabajadores y que contamos con el apoyo de la empresa”. Tras este primer taller, “hoy he podido compartir experiencias distintas con quienes tenemos un fin común e incluso una dificultad común en un cambio conductual. Los expertos nos han dicho que esto se demora 2 o 3 años para recién empezar a ver un cambio, pero creo que pese a eso cada vez vamos a ir ganando terreno en convencernos nosotros mismos de este cambio global”.
· Rodrigo Beas, facilitador (ex eléctrico) del turno A de Quant Service relata que “es complicado el cambio cuando nuestros trabajadores vienen de muchos lugares de Chile y además hay diferencias de edades. Nosotros llevamos 5 meses en este proceso y ya se ve el cambio aunque al principio fue súper lento, sin embrago, porque muchos ya aceptan observaciones, consultan si tienen dudas, quieren ser parte del comité porque ven que este proceso va creciendo. Ahora se están cuidando entre ellos”.
· Jorge Cárdenas, facilitador (ex mecánico) del Turno B de Quant Service nos cuenta que “hay que trabajar bastante en dar a conocer el proceso porque cuando te ven con un puesto diferente empieza el recelo, por el contrario, si uno trabaja bien ese aspecto no habrá dificultades entre los pares. Además, hay una línea superior de capataces y supervisores donde tenemos que trabajar más fuerte entre la línea de producción y la línea de seguridad. Yo nunca había trabajado en una empresa que trabajara con el comportamiento de las personas, sólo con el sistema antiguo de prevención basado en lo que ya ha ocurrido. Encuentro que es un método bueno y que da resultados, lo que al trabajador no sólo le sirve en la empresa si no que le sirve para el resto de su vida.
· Orlando Cartes, backup facilitador (mecánico/mantenimiento mecánico) de CAP Acero dice que “o que más nos ha costado es la ´cultura del jefe´ ya instalada y castigadora, versus esta cultura que parte desde los trabajadores y es amigable. Ahora creemos que a futuro será más fácil trabajar con el comité paritario y el departamento de prevención”.
· Braulio Wright, facilitador (ex jefe de turno de distribución y servicio al cliente) de CAP Acero agregó que “nosotros informamos con anticipación lo que venía casi al 90% de la planta y creamos la expectativa de que ocurriría algo bueno que nacía de los trabajadores, logrando con esto una buena recepción”, y asegura que “una debilidad es dejar de ser el trabajador que hace las cosas saltándose todos los procedimientos, a convertirse en alguien que da el ejemplo, pero lo bueno es que cuando se atreven, ya todo fluye”.