Diariamente, los trabajadores de la Región Metropolitana pasan más de 8 horas en una oficina, que puede tener deficiencias en su ventilación o agentes contaminantes en suspensión, lo que podría derivar en dolores de cabeza o enfermedades respiratorias crónicas. Una buena mantención de aires acondicionados, sistemas de ventilación y una limpieza frecuente, permite disminuir la alta concentración de polución. Además, en los meses de frío se suma la utilización de estufas, que sin su correcta manipulación, podría afectar la salud de los trabajadores.
El Intendente de la Región Metropolitano, Claudio Orrego; el Seremi de Salud, Dr. Carlos Aranda y el experto en Higiene de la Asociación Chilena de Seguridad, Rómulo Zúñiga, llegaron hasta las oficinas de la empresa Marsol, ubicada en pleno centro de Santiago, para monitorear el nivel de contaminación al interior de ésta.
El Intendente Metropolitano, Claudio Orrego señaló que es importante mantener la ventilación adecuada al interior de las oficinas y cumplir con las recomendaciones de la norma. “La oficina es prácticamente nuestro segundo hogar. Debemos exigir que trabajemos en un ambiente grato y saludable. La contaminación en lugares cerrado puede superar incluso a la del exterior y afectar gravemente nuestra salud. Tomar resguardos para evitar la contaminación al interior de una oficina, no solo beneficia al trabajador, sino también, al empleador, al evitar enfermedades y ausencia laboral. Tener una oficina con un ambiente libre de contaminación es un derecho de todos. Hacemos un llamado a trabajadores y empleadores a buscar en conjunto las soluciones”.
“Si la ventilación es inadecuada, es obligación que los empleadores aumenten el suministro de aire fresco para cumplir con las recomendaciones de la norma. Deben verificar que las tomas y salidas de aire de cada habitación estén funcionando. Si el problema proviene de fuentes al interior, como aires acondicionados sin mantención o estufas contaminantes, se deben elegir productos alternativos y limpios, como la calefacción eléctrica y efectuar un mantenimiento al aire acondicionado y sus ductos. Se debe evitar la humedad intramuros y mantener los espacios aseados con superficies idealmente desinfectadas. También se puede considerar el uso de una unidad limpiadora de aire que tenga un filtro de carbón y un filtro de partículas de aire de alta eficiencia (HEPA) capaz de retirar los contaminantes problemáticos. Eso sí, deben asegurarse que la unidad sea del tamaño apropiado para la habitación”.
El Dr. Carlos Aranda precisó que “los trabajadores pueden presentar: irritación de ojos, picazón en la nariz y garganta, sensación de sequedad en la boca y lesiones en la piel y picazón, tos y afonía. En ese momento ya hablamos de una enfermedad respiratoria. También pueden presentar otros síntomas como: nauseas, mareos, dolores de cabeza y fatiga mental, que se caracteriza por la irritabilidad y cansancio del trabajador, derivando en estrés laboral”.
En tanto que Rómulo Zúñiga, experto en Higiene de la Asociación Chilena de Seguridad, explicó: “Nuestro objetivo como ACHS es prevenir la ocurrencia de accidentes y enfermedades profesionales, como también verificar que las empresas cumplan las exigencias que establece el Decreto Supremo 594 que regula las condiciones sanitarias en los ambientes de trabajo. En el caso de oficinas y lugares similares los contaminantes se encuentran en concentraciones que sólo producen molestias, no enfermedades profesionales, no obstante el Decreto establece que “todo lugar de trabajo deberá mantener, por medios naturales o artificiales, una ventilación que contribuya a proporcionar condiciones ambientales confortables y que no causen molestias o perjudiquen la salud del trabajador”.
Según el decreto 594, que dice relación con las condiciones sanitarias básicas en los lugares de trabajo, es obligación mantener, por medios naturales o artificiales, una ventilación que contribuya a proporcionar condiciones ambientales confortables y que no causen molestias o perjudiquen la salud del trabajador. Los lugares de trabajo deberán ser diseñados de forma que, por cada trabajador, se provea un volumen de 10 metros cúbicos, como mínimo de aire fresco y limpio.