El jefe de Prevención Interna de la ACHS, Alex Gerhard, aconseja que ante estos fenómenos, lo más recomendable es permanecer a resguardo en la casa y por ningún motivo salir a la calle o subir a una azotea a presenciarlos.
En el caso que el fenómeno climático nos encuentre en la calle, aconseja “no debemos abrir un paraguas, ya que la estructura metálica en el centro atrae los rayos, lo que podría generarnos la muerte instantánea”.
Recalca que se debe “evitar salir a apreciar la tormenta, menos en una azotea, ni pararse bajo un árbol, ya que cuando están mojados atraen los rayos”. Caminando por la calle es baja la probabilidad que te caiga un rayo, si es probable que te caiga si tienes un elemento metálico sobre tu cabeza como un paraguas. Gerhard señala que en Chile es baja la probabilidad que a una persona le alcance un rayo. “En Santiago tenemos los edificios que nos protegen y los rayos caen en la cordillera y en el Océano Pacífico. Hay que considerar que si un rayo cae a metros tuyo contiene una energía de más de 300 mil voltios, más la luz y el ruido ensordecedor, lo que puede generar hipoacusia”.
El experto agrega que si caen sobre una casa, los rayos pueden generar desperfectos en equipos eléctricos. Aconseja cortar la luz para evitar una sobrecarga del sistema y que no se echen a perder los artefactos.
En el caso de encontrarse dentro de un auto, “mantenerse adentro del automóvil, ya que la estructura del vehículo y los neumáticos de goma entregan protección. Por el contrario, si una persona se encuentra a la intemperie durante la tormenta lo ideal es ponerse en una zanja”. Recalca que “hay que considerar siempre que el metal es transmisor de la corriente y el agua también”. Por otro lado desmitifica “los celulares no atraen los rayos”.
Gerhard señala que un rayo promedio de 500 metros de largo significa una descarga eléctrica de 150 mil de voltios, “hemos visto accidentes laborales donde un trabajador toca una línea de 13 mil voltios y muere inmediatamente, imagínense 150 mil” finaliza.