Asustarnos o sentir deseos de correr lejos de una situación compleja son respuestas naturales que se producen en nuestro organismo. El miedo, de acuerdo a estudios científicos, es uno de los principales motores de la supervivencia en humanos y animales.
Sentir miedo ante una emergencia es completamente normal, ya que es una respuesta innata de nuestro organismo que nos permite evitar peligros, evaluar el entorno y huir o luchar, en caso de ser necesario. Cuando nos enfrentamos al miedo pueden surgir cuatro respuestas o sensaciones, solas o al mismo tiempo: huida, lucha, inmovilidad y sumisión.
De acuerdo con la ciencia, el miedo es una respuesta positiva de nuestro organismo ante las amenazas del entorno. Sin embargo, cuando estas emociones son exacerbadas pueden convertirse en un problema. La psicóloga del Centro Médico Hospital del Trabajador ACHS, Daniela Campos, explica que el miedo se vuelve negativo “cuando se transforma en pánico, es decir, un miedo desproporcionado y fuera de control que no permite que una persona evalúe el peligro y escoja la mejor alternativa para enfrentarlo”.
Como el miedo es una respuesta innata ante una potencial amenaza, nuestro organismo entra en un estado de alerta y defensa, lo que produce una serie de reacciones tanto a nivel físico como químico. Algunas de las sensaciones que se producen son:
Ante una situación de emergencia, es clave mantenernos alerta para pensar con la mayor claridad posible, y así reaccionar de forma correcta, sin caer en el pánico. Para esto, la psicóloga Daniela Campos nos recomienda:
Sin embargo, siempre es importante mantener una actitud preventiva y alerta a lo que sucede alrededor. Así podremos reaccionar a tiempo frente a escenarios críticos o de emergencia. “Es importante no entrar en paranoia con los riesgos propios de un lugar. Esa aprensión finalmente se transforma en una obsesión que es nociva para la persona y el resto”, afirma la psicóloga.
En situaciones críticas, la presencia de un líder puede hacer la diferencia. Contar con alguien que pueda transmitir seguridad y guiar a las personas entregando información es clave a la hora de realizar procedimientos de evacuación, ya que estas actitudes de responsabilidad y calma son contagiosas.
“En el lado contrario, estarán aquellas personas que generan pánico y en esos casos, lo mejor es encargarles pequeñas tareas que ocupen su mente para evitar que contagien al resto con esa sobrerreacción”, aclara Daniela Campos.
Estos líderes pueden ser, por ejemplo, los coordinadores de emergencia, quienes tienen la tarea de facilitar los procesos de evacuación en emergencias, permitiendo que los equipos de rescate puedan realizar sus labores sin problemas y protegiendo la integridad de los colaboradores de la organización.