A fines de julio de este año, Cristian Rojas intentó mediar en una discusión que se generó en su lugar de trabajo y terminó recibiendo una puñalada en el hombro. Esta situación de mucha violencia, que también consternó a sus compañeros, lo marcó profundamente, afectando sus rutinas y estabilidad emocional. Cristian trabaja en una fundación que acoge y apoya a personas que se encuentran en situación de pobreza o que tienen problemas de adicción al alcohol y drogas. En julio de este año le tocó presenciar una pelea entre dos jóvenes y cuando intentó separarlos, uno de ellos se le abalanzó y le enterró una tijera en el hombro.
Fue trasladado a un centro de urgencia de inmediato y hasta el momento la lesión ha tenido una buena evolución. Sin embargo, el hecho dejó en Cristian otro tipo de secuelas que el Servicio de Psiquiatría y Psicología del Hospital del Trabajador ACHS se ha encargado de tratar.
EL VALOR DE LA PSICOEDUCACIÓN En el Hospital, Cristian ha recibido atención en salud mental, lo que además de las terapias, ha incluido la participación en un taller que ayuda a superar el estrés postraumático generado por situaciones de violencia en el trabajo.
Esta instancia, tal como ha ocurrido con otros pacientes, ha sido muy valorada por Cristian. “Los talleres son de terapia psicoeducativa, donde nos explican qué es el estrés postraumático y por qué sentimos ansiedad, falta de sueño u otros síntomas, luego de vivir una situación así”, explica.
Después del accidente, Cristian ha tenido que reintegrarse progresivamente a su trabajo, ya que ha sufrido algunas descompensaciones y ataques de angustia. “He sentido mucha ansiedad, miedo, antes lloraba a cada rato, dormía mal y cuando volví al trabajo también colapsé. Pero con los talleres me di cuenta que lo que yo sentía era normal y que además no era el único que estaba así. Entender lo que me pasa me ha ayudado a recuperarme”, dice.
Terapias complementarias para el autocontrol “Cuando llegué al Hospital pensé que sería como en otros lados, que me revisarían y me mandarían para la casa, no me imaginé que había terapias de salud mental tan completas”, explica Cristian. En otra sede de la ACHS fue a sesiones de acupuntura para tratar el dolor en su hombro y al llegar al Hospital se enteró que los talleres de psicoeducación también incluían ejercicios de respiración y dos clases de yoga.
“La tensión a mí se me concentra en la espalda y gracias al yoga he podido regularlo bastante, me ha ayudado a estar más calmado y en las noches trato de practicar algunos de los ejercicios para poder dormir mejor”, afirma.
De a poco Cristian ha podido retomar sus rutinas y hoy está en proceso de reintegro parcial en su trabajo, al que asiste por cuatro horas diarias. “Trato de estar tranquilo y retomar mis cosas. Antes yo tenía muchas ideas y después del accidente me cuestioné mucho lo que estaba haciendo. Pero sé que tengo que seguir, que hay muchos chicos que necesitan salir del círculo de la violencia, alcohol y drogadicción y yo quiero estar ahí para ellos”, dice.