Magaly Montero estaba en su trabajo junto a cinco compañeros cuando un grupo de delincuentes entró y los encañonó. Fue una situación que no dejó lesiones físicas graves, pero sí consecuencias a nivel emocional. Magaly optó por hacerse cargo de ellas y someterse a una terapia de salud mental que la ayudó a enfrentar de mejor forma lo sucedido. Esta es su historia.
“Todos los días vemos que a personas las asaltan y lo dejamos pasar, no pensamos en las consecuencias que eso deja. Cuando a mí me pasó, yo no sabía que a través de terapia podía superar bien lo que me había pasado y seguir con mi vida normal”. Así explica Magaly su primer acercamiento al Hospital del Trabajador ACHS.
Luego de sufrir un evento traumático con violencia en el trabajo, ella y sus compañeros fueron trasladados al Hospital para constatar lesiones y fue ahí cuando se les explicó que se brindaba apoyo psicológico a los trabajadores que han sido víctimas de asaltos o situaciones de emergencia, algo que todos ellos desconocían. “De los seis afectados, sólo tres quisimos seguir en tratamiento de salud mental, el resto encontró que no era necesario o que era una pérdida de tiempo y para mí, nada es una pérdida de tiempo si se trata de tu salud, así que decidí seguir”.
Enfrentar miedos y temores
Después de eventos de este tipo, hay secuelas emocionales que deben tratarse para lograr que una persona retome sus rutinas habituales, entre ellas, su vida laboral y social. En el Hospital del Trabajador ACHS contamos con un equipo multidisciplinario que se hace cargo de este proceso que culmina con el alta del paciente y su reintegro definitivo al trabajo.
Magaly recibió terapia psiquiátrica y psicológica que la ayudó a enfrentar sus temores de mejor forma, “es complicado volver a retomar el ritmo después de algo así, te vuelves desconfiada. Si yo veía a alguien con capucha o escuchaba un auto que frenaba brusco, pensaba que me iba a volver a pasar algo”, cuenta.
A esto se sumaron sesiones de acupuntura que le permitieron disminuir sus niveles de ansiedad y que en muchas ocasiones “funcionaban mejor que los medicamentos. El uso de terapias alternativas es algo que destaco del Hospital porque para mí fue de gran ayuda”, afirma.
Paralelo a eso, Magaly ingresó a terapia ocupacional para lograr su regreso al trabajo. Nataly Cornejo, terapeuta ocupacional del Hospital del Trabajador ACHS, trabajó con ella en este proceso y destaca sus ganas de salir adelante. “Fue una excelente paciente, seguía todas las instrucciones con entusiasmo”, afirma.
Nataly explica que el mayor temor de Magaly era salir a la calle, “trabajamos el manejo en la vía pública y cuando logramos que ella fuera independiente, vimos la vuelta a su trabajo. Hicimos un reintegro progresivo, en el que sólo iba por media jornada. De a poco fue asumiendo las tareas de su cargo y después de tres meses aproximadamente, se logró su alta definitiva”, cuenta Nataly.
“Sé que mi actitud me ayudpoa superar todo más fácilmente”
Magaly cree que su personalidad le permitió enfrentar todo de mejor forma, algo que pudo comprobar en las terapias grupales. “Veía a personas que les había pasado lo mismo y estaban muy retraídas, muy cerradas. Yo tengo una personalidad más fuerte y sé que mi actitud me ayudó a superar todo más fácilmente. Es importante salir, volver a la vida normal y contarle al resto lo que pasó, para que todos estemos más alerta”.
En su recuperación, su buena disposición fue crucial pero también el apoyo de su familia y de los lazos que creó dentro del Hospital, “siempre me sentí acompañada, apoyada y bien guiada. Siempre hubo una palabra amable y eso es importante porque en otros lados sólo te sientes como un número. En el Hospital el equipo es muy humano, son súper preocupados y te hacen cariñitos en el alma para que te sientas mejor”.