La fatiga es una causa presente al menos en el 80% de los casos de accidentes en el sector Transporte y sus principales causas apuntan al número excesivo de horas de trabajo, una mala calidad del sueño, estrés prolongado y condiciones climáticas adversas. Debemos estar atentos a los síntomas y es necesario poner atención cuando se producen bostezos frecuentes, sensación de frío, sequedad en la boca, pesadez en los párpados o desorientación.
El artículo 25 bis del Código del Trabajo señala que “la jornada ordinaria de trabajo del personal de choferes de vehículos de carga terrestre interurbana es de 180 horas mensuales, las que no pueden distribuirse en menos de 21 días”. En ese sentido, el tiempo de los descansos o esperas a bordo o en tierra que les corresponda a los choferes no es imputable a la jornada y su retribución o compensación se ajusta al acuerdo de las partes. Así, la norma legal establece que el trabajador en ningún caso puede manejar más de cinco horas continuas, después de las cuales debe tener un descanso cuya duración mínima debe ser de dos horas. También indica que el trabajador deberá tener un descanso mínimo ininterrumpido de ocho horas dentro de cada veinticuatro horas.
Por otra parte, debe tenerse presente que si el viaje o trayecto es de un tiempo superior a cinco horas, el empleador deberá disponer de la dotación necesaria de conductores, pues deberán trabajar en turnos laborales.
Como medidas para reducir el riesgo de accidentes es fundamental que el empleador establezca medios técnicos para asegurar el cumplimiento de las horas de descanso, así como la implementación de un sistema en que la relación trabajo/descanso considere los límites fisiológicos y mentales de la persona. Para ello, el diseño de turnos de trabajo y una planificación de ruta que considere variables de prevención resultan fundamentales y deben estar basados en las horas de descanso, detenciones, relevos de conductores y factores personales de los trabajadores. Prevenir la automedicación de los conductores e incorporar tecnologías para dar aviso cuando éstos se quedan dormidos, también ayuda a la hora de prevenir.
A los conductores, por su parte, se les aconseja realizar paradas cada 150 ó 200 kms. o bien cada dos horas, consumir líquido para evitar la deshidratación, realizar ejercicio moderado (una caminata y estiramientos suaves), mantener el vehículo ventilado, evitar posturas incómodas al volante y usar ropa holgada y cómoda, que no entorpezca la circulación sanguínea.
La gestión para evitar accidentes en tareas de conducción no sólo debe estar orientada a tener vehículos en óptimas condiciones. Un eje fundamental es la evaluación permanente de los conductores en cuanto a sus competencias técnicas y factores personales y la posible variación de éstos en el tiempo, con el fin de anticiparse a los problemas de fatiga y poder reaccionar.
Si este tema, la fatiga y somnolencia, la relacionamos con la fatalidad laboral durante la conducción, se hace más relevante aún. Aunque determinar el haberse quedado dormido al volante como causa de un accidente de tránsito es complejo, bien se sabe que es una realidad y que está presente día a día y en cada viaje.
En Chile, durante el 2013, ocurrieron 283 accidentes de trabajo con consecuencias fatales, considerando el sistema mutualidad privado y público, en los que en el 60% de los casos estuvo presente un vehículo, lo que nos demuestra claramente que la conducción es una actividad de alto riesgo y con consecuencias gravísimas, ocasionando pérdidas incalculables para las familias de los trabajadores que fallecen y también para las empresas. Si estas cifras las relacionamos con el estudio mencionado en este artículo, fácilmente se puede deducir que en más de 130 casos fatales, la fatiga pudo haber estado presente como causa, junto a otros factores.
Ojo con la fatiga
Un estudio de la Universidad Politécnica de Cataluña (2005) realizado a conductores y auxiliares de transporte interurbano de pasajeros, indica:
• El 60% de los trabajadores evaluados presentó síntomas de trastorno del sueño.
• El 46% de los trabajadores evaluados presentó fatiga crónica superior a lo normal.
• El 46,6% de los trabajadores evaluados consideró que su sueño no era reparador.
Entre las principales causas de fatiga, destacan:
• Número excesivo de horas de trabajo
• Calidad y número inadecuado de horas de sueño
• Conducción nocturna
• Horarios irregulares de trabajo-descanso
• Esfuerzo físico o estrés prolongado
• Condiciones climáticas adversas
• Intensidad del tránsito caminos en mal estado
• Falta de estímulo físico o visual durante la conducción
Por ello, es bueno poner atención a los siguientes síntomas y detenerse a descansar:
• Falta de interés y desgano intelectual
• Bostezos frecuentes
• Sensación de frío y sequedad en la boca
• Pesadez en los párpados
• Velocidad irregular
• Desorientación
• “Cabeceo”
• Movimientos lentos o torpes.
• Aparición de visión borrosa o doble.
• Dificultad para concentrarse o permanecer alerta
• Sorpresa ante los acontecimientos habituales del tránsito (p.ej. frenazo ante una señal de Pare o semáforo al reconocerlo en el último momento).
• Dificultad para recordar cómo se ha alcanzado la ubicación actual.
• Dificultad para mantener una trayectoria recta
• Frecuentes invasiones de la calzada contraria o conducir por el centro de la carretera