Uno de los procesos más complejos de la recuperación de Marta Raguileo, fue el darse cuenta de que no podría volver a trabajar debido a las consecuencias que había dejado su accidente. Fue algo que comenzó a aceptar de a poco y, casi sin darse cuenta, encontró una motivación que la ayudó a sentirse valorada y reconocida. Esta es su historia.
Marta estuvo casi seis meses in- válida después de que un bus del Transantiago la atropellara cuando iba a su trabajo donde se desempeñaba como contadora. Las consecuencias físicas fueron muchas, pero el impacto más grave fue en su cabeza. “Los doctores me dijeron que mi golpe había sido como para morirme, pero finalmente logré recuperarme”, cuenta.
Aceptarse y salir adelante
“Cuando Marta despertó del coma nos dimos cuenta que tenía un trastorno neurolingüístico severo que no le permitía expresar ni comunicar cosas tan básicas, como decir que estaba enojada o que quería agua”, cuenta Marcia Toloza, fonoaudióloga de neurorrehabilitación del Hospital del Trabajador ACHS, quien estuvo a cargo de parte de su rehabilitación.
Con ese diagnóstico y a pesar de que existía la posibilidad de que presentara sólo leves mejorías, a Marta se le comunicó que no podría volver a trabajar, “fue un momento muy duro para ella”, explica Marcia, “porque en el fondo se vive un duelo por un rol que se deja de cumplir, que en este caso es el de trabajador, y ahí es cuando las personas se preguntan: ¿Qué hago ahora?”.
Lo que hizo Marta fue ponerse a tejer. Tenía mucho tiempo libre así que comenzó a tejer unas pantuflas que le llevó de regalo a una conocida que tenía en el Hospital, quien no aceptó el obsequio y decidió pagarle tres mil pesos por ellas. “Ese mismo año vendí como 50 pares. Me saqué de la cabeza la idea de dedicarme a otra cosa, me entusiasmé y finalmente me rindió muy bien”, cuenta Marta.
Han pasado siete años desde su accidente y la evolución que ha mostrado ha sido muy buena. Marta aprendió a desenvolverse con su familia y cercanos y aunque a veces tiene errores en su comunicación, puede expresar lo que quiere, lo que no y realizar sus tareas básicas. “Ha sido muy positivo ver en Marta avances que eran impensados. Además, todo lo que ha logrado con sus tejidos muestra una capacidad muy valiosa de reinventarse. Ella logró decir: esta soy yo después de mi accidente y buscó una alternativa para salir adelante”, cuenta Marcia Toloza.
Cuidamos personas
Los procesos de rehabilitación en casos graves como los de Marta son extensos. En la unidad de neurrehabilitación, que es a la que se deriva a pacientes con TEC moderado o grave, la terapia es muy intensa, ya que los pacientes tienen una o dos atenciones diarias de cada especialidad.
Marta después de recibir el alta en esa unidad, siguió con terapia ambulatoria de fonoaudiología dos veces por semana a cargo de Marcia Toloza. “Aquí pasamos a ser familia, nos vemos todas las semanas y nos ponemos la camiseta por cada paciente, desde que lo recibimos y entrevistamos para conocer su caso y ver cómo lo vamos a ayudar. Nos vemos por un tiempo muy prolongado, por lo tanto nuestro foco siempre estará en las personas”, explica la fonoaudióloga.