Hay empresas y rubros específicos que por el tipo de actividad que realizan requieren implementar sistemas de trabajo por turnos. Esta modalidad implica que tanto la empresa como los trabajadores tengan en cuenta ciertos aspectos, no sólo para proteger la salud física y mental, sino también para prevenir accidentes laborales y enfermedades profesionales.
El trabajo por turnos no sigue los patrones del período laboral de corte convencional, que es diurno y con una jornada de ocho horas. Incluye turnos de noche o rotativos y horarios de trabajo irregulares que repercuten en la salud de las personas. Esto ocurre porque se afecta el ritmo circadiano, también conocido como reloj interno. Éste “dicta” las necesidades del organismo dependiendo de la luz solar disponible. De esta forma, cuando llega la noche el cerebro informa que es tiempo de dormir, relajar los órganos y comenzar el proceso de fijación del aprendizaje y la memoria.
Consecuencias en el organismo
Cuando un trabajador está bajo un sistema de turno, su cerebro envía señales a las que no puede responder, ya que sus hábitos y horarios están cambiados, lo que podría producir lo siguiente:
- Quienes trabajan de noche comen muy tarde, habitualmente de madrugada. Como consecuencia de ello se podría generar una tendencia a desarrollar enfermedades como reflujo o esofagitis, ya que en este período el cerebro interpreta que los intestinos están en reposo.
- Durante la mañana y la tarde el trabajador por turno descansa. Sin embargo, el cerebro solicita comida para el funcionamiento correcto del organismo (desayuno, almuerzo, colación, cena) mientras éste se encuentra durmiendo. Esto produce que se activen los jugos gástricos y al no ser aplacados existen probabilidades de manifestar úlceras, gastritis y problemas digestivos.
- Los que se desempeñan bajo esta modalidad tienen una mayor probabilidad de sufrir enfermedades cardíacas. Una persona que duerme cinco horas o menos, se estima que podría tener hasta un 200% más de posibilidades de presentar hipertensión.
Las claves para prevenir
Si bien no existe un sistema de turno perfecto que no afecte la salud del trabajador, se pueden tomar ciertas precauciones que ayuden a compensar sus consecuencias:
- Aliméntate saludablemente. No comas alimentos pesados que puedan generar somnolencia.
- Consume algo liviano antes de ir a dormir para evitar despertar por hambre. Hazlo por lo menos una hora antes de tu período de descanso para digerirlo correctamente.
- Escoge bien los horarios de tu alimentación. Lo recomendable es ceñirse lo más posible a un patrón normal de ingesta de alimentos y evitar comer, o al menos limitar, entre la medianoche y las seis de la mañana.
- Bebe líquido con regularidad, de preferencia agua pura. Considera que la deshidratación aumenta el cansancio y la fatiga.
- Realiza pausas activas y practica algunos ejercicios de estiramiento para activarte.
- Ten en cuenta que la cafeína o bebidas energéticas permanecen en el cuerpo varias horas después de su consumo, lo que puede aumentar el estado de vigilia e interferir en el sueño.
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