Existen trabajos que requieren que una persona permanezca al aire libre, exponiéndose por varias horas a la luz del sol. En estos casos, no solo debemos preocuparnos por los efectos de la radiación solar en nuestra piel, sino también en el daño que puede provocar a nuestra salud visual. Prevenir siempre es mejor que lamentar, por lo que te invitamos a identificar los riesgos por no proteger nuestros ojos de la luz solar y cómo evitarlos.
La radiación UV, ya sea que provenga de la luz solar o de fuentes de luz artificial, puede dañar tanto los tejidos de la superficie del ojo, como también la córnea y el cristalino (lente). El grado de seriedad de estas lesiones dependen de la intensidad de la radiación recibida y el tiempo de exposición.
Si bien hay diversos puestos de trabajo que implican estar largas jornadas bajo el sol, quienes están más en riesgo son los que trabajan en puestos donde la exposición es prolongada y prácticamente sin intermitencia. Algunas de las labores más riesgosas son:
Exponer nuestros ojos al sol, sin protección y por periodos prolongados, puede provocar algunas molestias como enrojecimiento, sequedad, dolor y picazón. Si este daño progresa, incluso puede evolucionar en una queratitis actínica. Esta enfermedad produce lesiones superficiales en la córnea, que son reversibles si se acude de manera oportuna a un especialista.
Cuando las lesiones de la córnea son superficiales, no hay mayores riesgos de tener secuelas en nuestra visión. Sin embargo, cuando estas se vuelven más profundas, provocan pequeñas manchas grises en nuestra visión, dificultándola, pero no ocasionando su pérdida total.
Algunas de las recomendaciones que entregan los especialistas para cuidar nuestros ojos al exponernos al sol son:
Nuestra salud visual es delicada, por lo que debemos utilizar elementos de protección apropiados para prevenir el desarrollo de enfermedades que pueden, incluso, ocasionar la pérdida parcial o total de la visión. No importa si estás trabajando o disfrutando de tu tiempo libre, siempre debes proteger a tus ojos de la radiación solar.