Cuando nuestro apéndice se inflama producto de un bloqueo, es normal sentir un dolor en la zona del ombligo o el costado derecho de nuestro abdomen. Si no le prestamos atención, esta inflamación conocida como apendicitis se puede complicar rápidamente, derivando en una peritonitis.
Hasta hace unos años, el apéndice era un órgano cuya funcionalidad era desconocida, llegando incluso a ser considerado como inútil o irrelevante para el funcionamiento de nuestro organismo. Sin embargo, estudios recientes han llegado a la conclusión de que esta pequeña sección de nuestro intestino es clave en la recuperación de infecciones intestinales. Esto, porque alberga una gran cantidad de bacterias beneficiosas y flora bacteriana.
Las funciones del apéndice, como reservorio de bacterias buenas, no marcan una gran diferencia en países donde existen políticas sanitarias, ya que las infecciones gástricas tienen una baja tasa de mortalidad. En cambio, en naciones donde no existen políticas o recursos, el apéndice resulta ser un buen aliado en la recuperación del equilibrio en la flora intestinal. Es por esto que se dice que no es vital contar con este órgano para el funcionamiento de nuestro cuerpo.
Se conoce como apendicitis a la inflamación del apéndice causada por un bloqueo en la membrana que recubre al apéndice, provocando una rápida acumulación de bacterias y pus. Debido a la velocidad con la que esto sucede, la inflamación debe ser tratada apenas aparecen los primeros síntomas, ya que el apéndice se puede romper; esparciendo la infección por la cavidad abdominal.
La inflamación del apéndice se manifiesta inicialmente con un dolor leve que aparece en el área cercana al ombligo. Luego de un par de horas este malestar se vuelve agudo y la sensación de dolor se vuelve intensa al realizar acciones como toser, caminar o hacer fuerza. Cuando estamos frente a una apendicitis, se debe acudir a un servicio de urgencia, donde se realizarán las pruebas necesarias para confirmar el diagnóstico y así proceder a una cirugía de extirpación de este órgano; la que gracias a la tecnología hoy es de rápida recuperación.
“El apéndice se ubica justo donde el intestino delgado y grueso se comunican, en una zona llamada ciego”, explica el Doctor Miguel Plaza de los Reyes, cirujano y médico jefe del Departamento de Cirugía del Hospital del Trabajador ACHS. El especialista agrega que algunas de las razones que causan su inflamación pueden incluir:
Cuando el apéndice se inflama, nuestro cuerpo puede manifestar alguno de estos signos:
Los dolores abdominales suelen confundirse con molestias menstruales o con una irritación del colon, por eso es debemos estar atentos a la duración del malestar. Si se extiende por más de seis horas se debe acudir de inmediato a servicio de urgencia. “Además, es importante no automedicarse si se presenta un dolor, porque los analgésicos o antiespasmódicos pueden ocultar los síntomas de una apendicitis aguda y por ende, retrasar el diagnóstico y tratamiento”, afirma el doctor Miguel Plaza de los Reyes.
La importancia de diagnosticar a tiempo la apendicitis
Cuando el apéndice no logra irrigarse correctamente y “se tapa”, sigue secretando líquidos intestinales, aumentando así la presión, inflamándose y generando dolor. Frente a estos síntomas, muchos pacientes no le dan mayor importancia y, por lo tanto, no acuden de inmediato a un especialista, poniendo en riesgo su salud.
“Con el paso de las horas el apéndice puede hincharse hasta perforarse y provocar peritonitis, una infección en el abdomen que incluye náuseas, vómitos, fiebre y taquicardia. En otros casos, también se puede producir un shock séptico en donde bacterias ingresan a la sangre e impiden el flujo sanguíneo normal al resto de los órganos, lo que puede terminar con una falla orgánica generalizada”, explica el doctor Miguel Plaza de los Reyes.
Por eso la recomendación es a poner atención a los síntomas y acudir de inmediato a un servicio de urgencia como el que ofrece el Hospital del Trabajador ACHS, donde podrás acceder al tratamiento adecuado para ti.