Este tipo de fenómeno meteorológico, que combina la presencia de rayos y truenos, puede resultarnos un espectáculo atractivo. Sin embargo, debemos tomar precauciones, ya que se producen descargas eléctricas que pueden afectar nuestra seguridad e integridad.
Para que se produzca una tormenta eléctrica, se tienen que combinar factores como la presencia de humedad en el ambiente y altas temperaturas. Este fenómeno climático es usual en las épocas de primavera y verano, y suele estar acompañado de fuertes vientos, lluvia, granizo e incluso nieve.
De acuerdo a la ciencia, la aparición de los rayos se produce en el momento en que las partículas de hielo o nieve chocan entre si, generando chispas y descargas eléctricas. Si bien no es común que las personas sean alcanzadas por un rayo, se estima que cerca del entre el 10 y el 30% de estas pueden fallecer producto del impacto y sus consecuencias (como heridas, quemaduras de tercer grado, entre otras).
En escenarios donde este fenómeno se hace presente, el jefe de Prevención Interna de la ACHS, Alex Gerhard, aconseja permanecer a resguardo en la casa y por ningún motivo salir a la calle o subir a una azotea a presenciar el espectáculo natural. Si por el contrario, la tormenta nos pilla caminando por la calle, el profesional comenta, “no debemos abrir un paraguas, ya que la estructura metálica en el centro atrae los rayos, lo que podría generarnos la muerte instantánea”.
Gerhard recalca que se debe “evitar salir a apreciar la tormenta, menos en una azotea, ni pararse bajo un árbol, ya que cuando están mojados atraen los rayos”. Además, no debemos olvidar que el agua facilita la conducción de la electricidad, por lo que los riesgos de ser alcanzado por la descarga aumentan. Caminando por la calle es baja la probabilidad que te caiga un rayo, pero las probabilidades aumentan si tienes un elemento metálico sobre tu cabeza, como un paraguas. Alex Gerhard señala que en Chile es baja la probabilidad que una persona sea alcanzada por un rayo. “En Santiago tenemos los edificios que nos protegen de las descargas, mientras que en otras regiones los rayos caen en la cordillera y en el Océano Pacífico. Hay que considerar que un rayo que cae a pocos metros de uno contiene una energía de más de 300 mil voltios, más la luz y el ruido ensordecedor, lo que puede generar hipoacusia”.
El experto agrega que, si caen sobre una casa, los rayos pueden generar desperfectos en equipos eléctricos. Por lo que es recomendable cortar la luz y desenchufar los aparatos que se encuentren conectados a la red, así podremos evitar una sobrecarga del sistema.
En el caso de encontrarse dentro de un auto, la recomendación es a “mantenerse adentro del automóvil, ya que la estructura del vehículo y los neumáticos de goma entregan protección. Por el contrario, si una persona se encuentra a la intemperie durante la tormenta lo ideal es ponerse en una zanja”. Recalca que “hay que considerar siempre que el metal es transmisor de la corriente y el agua también”. Por otro lado, el profesional desmitifica y aclara que “los celulares no atraen los rayos”.
Gerhard señala que un rayo promedio de 500 metros de largo significa una descarga eléctrica de 150 mil de voltios, “hemos visto accidentes laborales donde un trabajador toca una línea de 13 mil voltios y muere inmediatamente, imagínense 150 mil” finaliza.