La identificación de peligros es un proceso que los Comités Paritarios deben realizar y revisar constantemente junto al Departamento de Prevención de Riesgos, no sólo porque es una obligación establecida en el DS 54, sino que también porque es parte de una labor proactiva que permite anteponerse y prevenir accidentes y enfermedades laborales efectivamente.
Cualquier proceso que contemple el uso o contacto de un trabajador con materiales, herramientas o energía, implica la presencia de un peligro. Así lo explica Claudio Segura, Especialista Senior en Seguridad y Salud del Trabajo de la ACHS, quien refuerza esta idea agregando que “un peligro es una actividad, equipo o material que te puede causar daño”.
Por eso es fundamental conocer a fondo los procesos que ocurren dentro de la empresa y todas las tareas que esto implica, sean secuenciales o no. “Alguien que vende helados no sólo sirve el helado en un cono, posiblemente también esté encargado de prender y limpiar la máquina, de trasladar cajas, del orden del lugar y de otras acciones que no se pueden pasar por alto al momento de querer identificar posibles peligros”, dice Claudio Segura.
Lo básico es enfocarse en un proceso específico, estudiarlo y evaluar todas las acciones en las que podría, eventualmente, ocurrir un accidente. En este sentido el primer paso es la observación activa del Comité Paritario, pero también se requiere entrevistar a la persona a cargo de ese proceso “una muy buena práctica es incluir al trabajador en esta labor y preguntarle cuáles creen que son sus riesgos, porque en realidad él es el quien mejor sabe”, explica Segura.
El segundo paso es evaluar la gravedad, que es el potencial de daño del peligro. Luego se analiza la frecuencia de exposición, la que indica que mientras más expuesto esté un trabajador al riesgo detectado, mayor será su probabilidad de accidentarse, considerando que no es lo mismo exponerse a una tarea riesgosa una vez al mes que hacerlo diariamente.
Este análisis se realiza combinando la gravedad con la probabilidad, mediante ciertas metodologías como la “matriz de identificación de peligros y evaluación de riesgos”, que permite determinar la probabilidad de ocurrencia de un accidente o una enfermedad laboral.
Esos mismos datos se llevan a otra tabla que indica si el riesgo es bajo, medio o alto y a partir de eso se definen las medidas de control más adecuadas para ello.
“En este tema existe la llamada “jerarquía de controles”, que va desde la más afectiva a la menos efectiva, porque cuando hay que implementar una solución siempre todas son factibles técnica y económicamente”, señala Claudio Segura.
En este sentido, los tipos de control que se pueden aplicar son: