La incorporación de las mujeres al trabajo ha significado un crecimiento económico para la sociedad. Tanto profesionales como de oficio, las mujeres que se integran al espacio laboral ha permitido que las familias obtengan mayor estabilidad en sus hogares e independencia para ellas. Sin embargo, aún existen problemáticas respecto a las desventajas laborales que ellas enfrentan.
En Chile y el mundo, las diferencias asociadas entre hombres y mujeres referidas al trabajo, son considerables. Desde el salario, hasta la edad y monto de jubilación, además de los tipos de trabajo referidos a cada uno, fomentan desigualdades que cada año, disminuyen lentamente con nuevas políticas de trabajo.
Según las estadísticas de Género y Empleo de laEncuesta Nacional de Empleo, 2010 – 2017 del Instituto Nacional de Estadísticas, la tasa de participación laboral femenina aumentó en siete años, tres puntos porcentuales a nivel nacional, llegando a un 48,5% el 2017. Por ello, presentamos factores importantes a conocer respecto a la situación laboral femenina.
Desde 2010, la tasa de ocupación femenina aumentó a un 45%, subiendo tres puntos hasta el 2017. Durante el último trimestre 2018, la ocupación femenina aumentó un 1,2%, principalmente por actividades en el área de la salud, en la cual hay un 10,7% de ocupación femenina.
Respecto a las mujeres no ocupadas, al año 2015, el 76% de las personas entre 15 años y más, sin ingresos autónomos, fueron mujeres. Según datos recopilados por la encuesta Casen, que analizó los años 2006, 2009, 2011, 2013 y 2015, entre los años, 2006 y 2015, la tasa de desocupación femenina fue superior al 75%, con una brecha sobre los 50,0 puntos porcentuales entre hombres y mujeres.
A pesar de que hay una diferencia entre mujeres y hombres ocupados, en cuanto al tiempo de trabajo promedio, que incluye trabajo formal y trabajo no remunerado, las mujeres son quienes poseen más carga horaria. La carga global de trabajo femenina, contempla 1,65 horas diarias más que los hombres.
Según indica la Encuesta Nacional sobre Uso del Tiempo (ENUT), 2015, a nivel nacional, las mujeres participan más que los hombres en el trabajo doméstico no remunerado. Con una brecha de 10,7 puntos porcentuales, esto indica que las mujeres trabajan en su hogar un promedio 2,08 horas diarias más que los hombres.
El ingreso promedio mensual de las mujeres y hombres ocupados, presenta una brecha del 29,3%. La Encuesta Suplementaria de Ingresos (ESI), realizada durante los años 2010-2017, atribuye un ingreso promedio de $450.287 pesos a las mujeres, mientras que para los hombres este sería de $636.981 pesos.
Todos estos indicadores permiten entender que la situación de la mujer trabajadora en Chile, se encuentra desfavorecida, a pesar de sus horas de trabajo.