Los productos manufacturados de plástico han jugado un rol muy importante para afrontar la compleja situación sanitaria que enfrenta el país por el COVID-19. Elementos de protección personal, envases seguros e inocuos para alimentos, artículos de higiene y productos farmacéuticos, entre otros, han sido claves para contener el avance de la pandemia y, a su vez, han impulsado la demanda interna por estos productos.
Muchos de los asociados de ASIPLA han debido reconvertirse y transformar su producción, de acuerdo con el actual escenario de crisis sanitaria, demostrando una capacidad de innovación y flexibilidad pocas veces vista. Un ejemplo de aquello fue el trabajo que realizaron empresas del rubro, en conjunto con algunas universidades, para el desarrollo de ventiladores mecánicos, prototipos y otras innovaciones para enfrentar la pandemia, que contienen una gran cantidad de piezas plásticas.
En paralelo, la industria del plástico ha destinado -y lo sigue haciendo- todos sus recursos y capacidades para asegurar el abastecimiento de sectores esenciales bajo condiciones bastante adversas, no sólo por el nivel de exigencias que imponen los protocolos de seguridad en fábricas, sino también porque esta creciente demanda por aplicaciones plásticas se ha visto contrastada en los últimos meses con un escenario de escases y alza de costos de todo tipo de materias primas plásticas, tanto en Chile como en otros países de la región, a causa de las paralizaciones de algunas importantes plantas productivas en USA (lugar desde donde se importa la mayor cantidad de materia prima que se usa en Chile), producto de las tormentas de invierno en diciembre del año pasado.
Dicho lo anterior, el sector está iniciando un 2021 con un doble desafío: por una parte, evitar un impacto en la cadena de abastecimientos de bienes esenciales, a raíz de restricciones en la oferta de materia prima y una menor disponibilidad logística del transporte marítimo, con la consecuente alza de costos asociada; y, por otra parte, desarrollar soluciones concretas y de largo plazo capaces de resolver también el problema del gran aumento de residuos hospitalarios y de elementos de protección personal considerados como “peligrosos”.
Tanto desde el punto de vista sanitario como ambiental, el plástico ha demostrado ser un material imprescindible, noble, seguro y sustentable, en la medida que seamos capaces de gestionarlo y disponerlo correctamente. Por lo mismo, la industria no ha perdido de vista el doble compromiso que tiene con el cuidado de las personas y del medio ambiente, para lo que está desarrollando aplicaciones y elementos de protección personal reutilizables y/o que incorporan materiales reciclados.
En paralelo, ASIPLA está liderando un Acuerdo de Producción Limpia que busca impulsar la demanda de resinas plásticas recicladas en aplicaciones distintas a envases, con el fin de avanzar decididamente hacia la circularidad de todos los plásticos. Esta iniciativa tiene un alcance multisectorial y busca ser apalancada por sectores productivos que consumen volúmenes significativos de plástico, como la construcción, minería, agro y pesca.
Aún quedan muchos retos complejos a los que hacerles frente en materia de gestión de residuos, y en ellos será fundamental el trabajo colaborativo público-privado, pero, sobre todo, el esfuerzo sostenido e informado de la comunidad, pues la educación y conciencia social son el gran motor que garantizará un mejor futuro para las nuevas generaciones.
Magdalena Balcells
Gerenta general Asociación Gremial de Industriales del Plástico – ASIPLA A.G.