Teletrabajar con niños en casa y cumplir con las tareas del hogar, es algo con lo que miles de personas han tenido que lidiar el último año. Esta modalidad continúa en muchas organizaciones, por lo que se recomienda seguir algunas pautas básicas para que toda la familia pueda sobrellevarlo de la mejor forma.
El teletrabajo, la educación en línea y las tareas domésticas se han transformado en un desafío para todos. Aunque muchas veces resulta complejo separar el ámbito laboral del familiar, especialmente si no se cuenta con redes de apoyo, es importante generar rutinas o acciones que permitan desenvolverse mejor en ambos roles.
Consejos para una mejor organización
1. ESTABLECER PRIORIDADES Y PLANIFICAR
Es bueno hacerlo considerando tanto las labores domésticas como las de trabajo y organizarlo el día anterior. Así se pueden visualizar más fácilmente, por ejemplo, aquellas actividades de trabajo que consumen más tiempo y organizarse anticipadamente con las tareas que deben quedar listas en el hogar.
2. ARMAR UNA RUTINA LABORAL
Ducharse, desayunar y predisponerse para el trabajo es lo primero del día, pero también se deben organizar pausas y un horario de término de jornada. Una buena idea es generar “hitos de avance” que permitan hacer un seguimiento efectivo de las tareas a desarrollar, lo mismo que determinar objetivos con plazos determinados para cumplirlos.
3. FIJAR “TURNOS” PARA LAS TAREAS
Si hay otro adulto con teletrabajo se pueden establecer turnos para el cuidado de los niños o personas a cargo e ir adaptándolos a las cargas de trabajo que se tengan diariamente.
4. DELIMITAR UN ESPACIO PARA EL TRABAJO
Evita trabajar desde la cama es la recomendación básica. Tener un lugar específico para trabajar es lo ideal, pero si se debe usar un espacio común del hogar, es bueno contar con elementos que indiquen la existencia de espacio laboral, como un mantel de color específico o la instalación de elementos de apoyo de trabajo (notebook, silla apropiada, notas, lápices, etc). Pide al resto de los integrantes que respeten ese espacio mientras lo ocupes.
5. CREA “CÓDIGOS DE TRABAJO”
Estos códigos dependerán de la realidad de cada hogar, pero por ejemplo, se puede establecer que si la puerta del escritorio o lugar de trabajo está abierta, se puede entrar sin preguntar, y si está cerrada no se puede entrar ni tocar la puerta, salvo que sea una emergencia. En caso de trabajar en espacios comunes se pueden establecer otros códigos, como el hecho de que si una persona está con auriculares se debe guardar silencio y no molestar.
6. GENERA ESPACIOS DE CONVERSACIÓN
Tanto con los otros adultos del hogar como con los niños es bueno conversar para saber cómo está enfrentando cada uno este momento y ver cómo pueden organizarse de mejor forma para apoyarse en sus distintas actividades. Con respecto a las labores de la casa, lo ideal es que cada uno pueda asumir un rol y no descansen todas las responsabilidades en una persona.
Los niños y el encierro
Después de más de un año de pandemia, los niños también están fatigados y resulta más difícil para todos mantener las rutinas. Sin embargo, es saludable hacerlo, estableciendo y reordenando horarios para que realicen sus tareas o actividades educativas y acordando tiempos para que puedan distraerse, hacer alguna actividad física o usar dispositivos móviles o videojuegos.
Por otra parte, es bueno volver a reforzar con ellos la idea de que el aislamiento sigue siendo una medida preventiva para cuidarlos y proteger al resto de la familia, preguntándoles cómo se sienten con eso.
Cada niño tiene su propia forma de manifestar sus emociones y es bueno ayudarlos a que puedan encontrar formas positivas de expresarlas. Los menores se sienten aliviados al compartir y comunicar sus sentimientos en un ambiente seguro y de apoyo, por lo que participar en actividades recreativas con ellos como jugar o dibujar, puede ayudar en ese proceso.
También hay que considerar que en momentos de estrés y crisis, es normal que busquen más apego o sean exigentes con sus padres. Los niños observan los comportamientos de los adultos y desde ahí aprenden a manejar sus propias emociones en momentos difíciles.
Es un momento en que necesitan amor, comprensión y atención extra de los adultos, por lo que se debe estar disponibles para ellos y darles la atención que necesitan en un contexto que es complejo para todos, sin excepción.
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