Como organizaciones empleadoras debemos garantizar sistemas de promoción y desarrollo de talentos, integrando una perspectiva de género y que busquen activamente potenciar la participación femenina.
Cuando hablamos de cómo cerrar las brechas de género en el mundo corporativo aparece la idea de que existe un “techo de cristal”. Un concepto que nació en 1978 cuando la consultora Marilyn Loden lo empleó para hacer referencia a aquellas limitaciones que parecen invisibles, pero que existen. Dificultades que las mujeres enfrentamos cotidianamente y que explican por qué resulta más difícil para nosotras participar del mercado laboral y alcanzar todo el potencial que tenemos.
De ello ya han pasado más de cuatro décadas, donde si bien el escenario ha cambiado y observamos cada vez a más mujeres en posiciones de liderazgo y en la toma de decisiones, el ritmo e intensidad de esos avances no ha sido el que quisiéramos. Reflejo de ello es que el Tercer Reporte de Indicadores de Género en las Empresas en Chile 2021, muestra que las mujeres experimentan una brecha salarial a nivel administrativo de un 9,1% y de un 13,8% a nivel ejecutivo, en el mismo cargo y labores.
La pandemia, por su parte, no fue precisamente una ayuda en la materia. De acuerdo con un informe de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe de Naciones Unidas (Cepal) de 2021, la crisis sanitaria generó un retroceso de más de una década en temas de participación laboral femenina.
Por todo lo que menciono anteriormente, no puedo dejar de ver la conmemoración del Día Internacional de la Mujer, este 8 de marzo, como un espacio que nos permite reflexionar como sociedad respecto de cómo enfrentar esta problemática, tomar definiciones a nivel de empresas para atraer, retener y promover la participación femenina y contribuir a generar el valor país de contar con equipos más diversos y paritarios.
Y es que las mujeres somos clave para el mundo laboral. La evidencia internacional plantea que la ampliación de la participación femenina en el mercado del trabajo fortalece a las organizaciones. Datos de McKinsey (2022) evidencian que la presencia de más mujeres en altas esferas directivas mejora el desempeño de las empresas, aumentando hasta en un 20% su rentabilidad. Además, un 57% de las firmas consultadas asegura que la presencia de mujeres en cargos directivos promueve la fidelización del talento, mientras que un 54% dice haber experimentado “mejoras en materia de creatividad, innovación y apertura” luego de incorporar trabajadoras en puestos de responsabilidad.
ROMPER LOS TECHOS DE CRISTAL
Pero más allá de las cifras, para seguir avanzando debemos concretar medidas que permitan cerrar las brechas y romper los techos de cristal. Primero, para alcanzar la paridad, es clave construir espacios laborales que resguarden la seguridad psicológica de las personas, y faciliten el balance entre la vida personal y familiar. Debemos como organizaciones empleadoras garantizar sistemas de promoción y desarrollo de talentos, integrando una perspectiva de género y que busquen activamente potenciar la participación femenina.
En ese contexto, como Asociación Chilena de Seguridad (ACHS), si bien tenemos un largo camino que recorrer y no estamos exentos de oportunidades para mejorar, hemos tomado la decisión de avanzar en estrategias que nos permitan sensibilizar, tanto dentro de nuestra institución como entre las entidades adheridas, sobre el valor y aporte de las mujeres en el mundo del trabajo.
Es así como en la ACHS la representación femenina es de un 45% en cargos de subgerencias y gerencias, 53% en jefaturas y 60% en nuestra dotación total. Del mismo modo, y para garantizar que no existe discriminación arbitraria en las rentas de hombres y mujeres, anualmente realizamos un análisis de brechas salariales a todo nivel, a través de una consultoría externa.
Entendiendo lo relevante que es seguir avanzando, es que en el 2022 creamos “Con Todos, por Todas”, una red a la que se unieron voluntariamente colaboradores y colaboradoras donde reflexionamos sobre los distintos desafíos que aún tenemos en materia de equidad, y definimos nuevas iniciativas para avanzar en esta materia. Paralelamente iniciamos una hoja de ruta para certificarnos en la norma 3262, la que garantiza un sistema de gestión para la igualdad de género y conciliación de la vida laboral, familiar y personal.
Los desafíos están sobre la mesa y como organizaciones debemos seguir accionando cambios y avanzando en esta evolución cultural que permite romper los techos de cristal, ya que más mujeres hacen mejores empresas.
*Las mutualidades de empleadores son fiscalizadas por la Superintendencia de Seguridad Social (www.suseso.cl).