Sentirse triste en algunos momentos de la vida es parte de la condición humana. Estos cambios de humor pueden ser normales, usualmente pasan solos y nos dicen que algo es diferente o no está bien en nuestra vida. La tristeza generalmente se expresa mediante el decaimiento del ánimo, falta de confianza o vulnerabilidad y nos invita a parar, mirar y reconocer qué es lo que nos está costando, doliendo o, generando malestar, y tomar decisiones al respecto.
En cambio, la depresión afecta de manera persistente y deteriora el funcionamiento de quien la padece en los distintos ámbitos de su vida. Le impide cuidarse a sí mismo y a otros, generando dificultades para trabajar o estudiar, o perjudicando seriamente su capacidad para vivir la vida cotidiana de manera habitual. Este trastorno se caracteriza por un conjunto de síntomas y signos relacionados con la anhedonia, que es la dificultad para disfrutar de las cosas que antes de disfrutabas, un ánimo marcadamente bajo, malestar general y alteración de los ritmos biológicos que afectan o interfieren de manera significativa en el funcionamiento de la persona.
Para que sea aún más claro, te invitamos a revisar algunos puntos para que puedas diferenciar entre estar triste y estar deprimido:
Ten en consideración que si lo que estás viviendo te ha llevado a pensar en hacerte daño, o incluso acabar con tu vida, es urgente que busques ayuda de un profesional. Puedes llamar a la línea de atención psicológica y contención emocional del Ministerio de Salud al 600 360 7777
Recuerda que puedes buscar ayuda en psicólogas y psicólogos del servicio de Salud Mental agendando una hora a través de www.achs.cl/salud o llamando al 22 515 70 00
Psicóloga Clínica de la Universidad Católica de Chile
Magíster en psicología clínica y diplomado en apego y mentalización, con formación en terapia estratégica breve. Experiencia en trastornos del ánimo, ansiedad, trastornos adaptativos, experiencias de adversidad temprana y duelo.
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