¿Sabes qué pasa en tu organismo cuando te enojas?
La ira se manifiesta en diferentes grados frente a cualquier provocación, ataque físico o verbal que genere molestia. Esta emoción aún cuando es natural, afecta el entorno cercano pero también puede repercutir negativamente en la salud de las personas.
Sentir enojo frente a una situación que se puede calificar como “amenazante” es normal y responde al instinto propio del ser humano. Sin embrago, la vía de escape que se le da a ese sentimiento es lo que marca la diferencia.
La ira puede variar desde una leve irritación a una violencia desatada, lo que inevitablemente genera consecuencias en las relaciones sociales y personales, pero también puede llegar a provocar consecuencias nocivas para la salud.
Cuando estás enojado tu organismo reacciona
Si te encuentras bajo una situación tensa y de enojo, tu cuerpo manifestará una o más de estas reacciones:
• Aumento de la presión sanguínea. Con el tiempo, esto puede provocar el deterioro de las arterias.
• Elevación del pulso cardiaco, lo que genera taquicardias.
• Mayor producción de sustancias químicas como la adrenalina, lo que altera el equilibrio natural del cuerpo.
• Desequilibrio del sistema inmunológico.
• Manifestación de contracturas, dolores musculares y jaquecas.
• Aceleración de la respiración. Esto a su vez provoca que el corazón bombee sangre con más intensidad.
• Posible aparición de enfermedades como la gastritis, colitis o dermatitis.
6 consejos para manejar la ira y proteger tu salud
1. Tómate un tiempo para pensar lo que vas a decir. Si estás en una situación tensa, busca las palabras adecuadas para no generar un conflicto mayor y no pasar a llevar a otros.
2. Sé empático y no juzgues antes de tiempo. Si alguien no llegó a tiempo a una reunión o cometió un error, pueden haber razones de peso que lo justifiquen. No te dejes llevar por la ira anticipadamente.
3. Recurre al humor para disminuir la tensión. Antes de gritar a otros, aprende a reírte de las situaciones complejas sin ironía ni sarcasmo. Con respeto, puedes ayudar a distender un ambiente de conflicto y así evitar caer en el enojo.
4. Practica un deporte regularmente. Trota, anda en bicicleta o al menos, da una pequeña caminata diariamente. Esto ayuda a liberar las tensiones y a tener una actitud más positiva.
5. Atrévete a probar terapias o técnicas de relajación. Practica deportes como el yoga o aprende técnicas de meditación que ayuden al equilibrio mental y entreguen herramientas para enfrentar de mejor forma las situaciones de estrés.
6. Perdona y no guardes rencores. Si vives una situación difícil con una persona en particular, intenta resolverlo y no guardar rencores que puedan aflorar en el futuro. Aprende a dimensionar los problemas y no darles mayor valor del que merecen.
El enojo es una reacción normal y defensiva del ser humano, que no permite ver con claridad la realidad del problema, lo que impide que se pueda solucionar. Sin embargo, hay ciertas técnicas que pueden ayudar a controlar de mejor forma las emociones y a enfrentar los momentos difíciles con más calma.
Otras recomendaciones:
Tómate un tiempo para responder.
Siempre piensa lo que vas a decir y no actúes en forma instintiva. Si lo necesitas, retírate del lugar del problema, tómate un tiempo, respira profundo, recupera la tranquilidad y vuelve a enfrentar la situación.
Recurre a técnicas de relajación.
Respirar consciente y profundamente permite que relajes los músculos y te sientas más calmado. También es útil repetir frases positivas que ayuden a cambiar la actitud frente al problema.
Realiza ejercicios.
Los momentos de mucho enojo pueden aprovecharse positivamente recurriendo al deporte. Algunas personas cuando están enojadas salen a practicar ejercicios para sentirse mejor. La liberación de endorfinas y la distracción de la actividad, permitirá visualizar todo con mayor claridad y desde otra perspectiva.
Usa el humor para aliviar la tensión.
Recurrir al sentido del humor no es sinónimo de mirar con superficialidad los problemas, sino que es un método eficaz para aceptar con naturalidad lo que ocurre.
Lleva un registro mental de lo que te enoja.
Parte del autoconocimiento es tener claridad sobre las situaciones que provocan enojo o mucha ira. Si tienes claridad sobre esto, sabrás cómo reaccionar de mejor forma al enfrentar una situación similar a futuro.
Habla con un amigo comprensivo.
Compartir y expresar las propias frustraciones puede ayudar a desactivar la ira. Sin embargo, es importante tener claro que nadie puede ayudar a cambiar las emociones de otro. Ese es un trabajo íntimo y personal.
Aprender a perdonar.
Reconocer y aceptar que no todos piensan y actúan igual, es una forma efectiva de evitar ataques de enojo. La empatía y la voluntad de entender por qué una persona actuó de un modo u otro, permite eliminar el enojo y ceder el perdón.